Facsímil del S. IX localizado en la Bibliothèque Municipale Suzanne Martinet de Laon. Escrito en latín y con dimensiones de 290 x 183 mm. Extensión de 188 páginas e iluminación de 60 diagramas y miniaturas sobre las constelaciones. Encuadernación en media piel con nervios y tapas de madera vista. Libro de estudio en preparación.
El Isidorus Hispalensis, conocido también como la Miscelánea computacional de Laon, es un manuscrito exquisito que proporciona una profunda visión de los complejos reinos del cálculo del tiempo y los patrones celestes. Este compendio, cuya génesis se remonta al segundo cuarto del siglo IX, se centra principalmente en la obra "Sobre la naturaleza de las cosas" del teólogo y erudito San Isidoro de Sevilla.
El manuscrito se enriquece con fragmentos adicionales provenientes de las Sentencias de San Isidoro, que exploran aspectos de la conducta humana correcta, junto con otros textos, algunos de los cuales fueron transcritos en fechas tan tardías como finales del siglo IX. El códice fue elaborado en el norte de Francia, y se presume que su origen es Laon, una ciudad con una rica tradición académica durante la época carolingia. Esta obra destaca por su impresionante colección de más de sesenta diagramas y dibujos, todos ellos decorados con bellos colores que acentúan su valor artístico y científico.
El Isidorus Hispalensis sirve como un valioso testimonio del fervor intelectual de los eruditos cristianos de la época carolingia, quienes estaban profundamente comprometidos con la exploración del orden divino en el mundo natural. El manuscrito revela un meticuloso estudio sobre la medición del tiempo, una cuestión crucial para la configuración del calendario cristiano, y en particular, para la determinación de la fecha de la Pascua.
La obra de San Isidoro "Sobre la naturaleza de las cosas", escrita en el siglo VII, ganó el apodo medieval de "libro de las ruedas" debido a sus diagramas circulares. Dos de estos diagramas adornan el manuscrito de Laon, y presentan figuras humanas andróginas que representan los vientos y las estaciones del año, coloreadas con habilidad para indicar los equinoccios y las estaciones. Una representación particularmente notable es la del primer día de la Creación, que se muestra dividido en mitades azul y naranja, marcando el inicio del equinoccio de primavera el 25 de marzo.
La sección celestial del manuscrito es especialmente destacable, con un tapiz que abarca cuarenta y una constelaciones vividamente representadas a lo largo de nueve páginas. Las figuras, tanto animales como humanas, se destacan en tonos de naranja y azul oxidados. Una de las representaciones más llamativas es la del centauro, ilustrado en el folio 30v, cuyo brazo extendido sostiene la constelación de la bestia, mientras que un conejo colgante adorna su lanza.
La edición facsímil del Isidorus Hispalensis se completa con un estuche para su conservación y con un libro de estudio complementario, realizado por especialis
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