Ausa, 1988, 134 págs 19 x 27 cm. émulo de la luminosidad con la que Joaquín Soralla funda la Escuela Valenciana, González Alacreu destaca por el apogeo del color surgido del Mediterráneo. Su elegancia, originalidad y extraordinario dominio de la técnica, le han convertido en un auténtico y reconocido poeta del ambiente levantino.
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