El cristiano virtuoso con los actos de todas las virtudes que se hallan en la santidad - Vida de un mancebo indio llamado Miguel Ayatumo, natural de Boholio en Filipinas

8 h. (con la portada)+212 págs.+3 h., 8º. Papel oscurecido pero buen estado.

El texto Vida de un mancebo indio llamado Miguel Ayatumo, natural de Boholio, en Filipinas apareció por primera vez en español en 1673 como apéndice a un manual de vida cristiana titulado El Cristiano Virtuoso. Su autor –o traductor- fue el padre jesuita Pedro de Mercado (1620-1701), natural de Riobamba, Ecuador. El padre Mercado, quien pasó la mayor parte de su vida ejerciendo responsabilidades eclesiásticas en el Nuevo Reino de Granada, fue un prolífico y popular autor de literatura espiritual y de devoción, casi toda ella impresa en España. La inclusión de la vida de este adolescente filipino como apéndice a su obra se debió indudablemente a que su vida constituía un ejemplo de vida cristiana de renuncia y santidad que encajaba a la perfección con los argumentos del libro.

El relato trata de la vida de Miguel Ayatumo, nacido en una familia de indios “idólatras” de Bohol hasta su ingreso en el seminario jesuita de Loboc y su vida como seminarista. Sin embargo, no es una narración usual, pues las referencias cronológicas son mínimas y el desarrollo psicológico del biografiado apenas sufre cambios. Formalmente, el texto es una enumeración de las virtudes cristianas del adolescente ejemplificadas en breves hechos de su vida. El narrador muestra al joven Miguel como una persona que ha asumido en su interior y de manera un tanto extrema las enseñanzas de los padres jesuitas: no sólo rechaza placeres físicos, como el descanso o la comida, sino que además se disciplina; no sólo hace del rezo su forma de vida, sino que advierte a los de su comunidad del mal que hacen practicando idolatrías; no piensa jamás en su beneficio y siempre se da a los demás; rehúye el ocio y los placeres, y permanece en estado de alerta para evitar caer en el pecado. Miguel Ayatumo es, en la voz de su biógrafo jesuita, un ejemplo acabado de conducta virtuosa, de una vida joven que cultiva la renuncia para alcanzar la salvación divina. (Jorge Mojarro)